La empresa Enel detectó que dos fábricas estaban robando energía eléctrica a través de conexiones clandestinas subterráneas.
Con la ayuda de la policía intervinieron las empresas, que están ubicadas en el sector de Canto Grande, en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Según Karen Manrique, representante de la compañía, dichas instalaciones no cumplían con las normas de seguridad y representaban un grave riesgo para los vecinos de la zona.
Enel anunció que tomará las acciones legales correspondientes por tratarse de hurto agravado y delito contra el patrimonio.