Un nuevo y confuso caso trae nuevos cuestionamientos sobre la manera como se realizan algunas intervenciones por agentes del orden, donde un hombre murió en extrañas circunstancias en los exteriores de la Comisaría PNP de Lince tras ser detenido en el centro comercial de Arenales tras una presunta gresca. Imágenes de la intervención en el centro comercial Arenales se observa como fue reducido con extrema violencia por parte de los vigilantes del centro comercial. Minutos antes Luis Peña Garcìa, de 40 años, llegó hasta el sótano del centro comercial en Lince, según testigos, gritando y haciendo alboroto.
Cuando fue trasladado a la Comisaría ya se habría sentido mal desvaneciéndose presuntamente al llegar a esta, muriendo en la puerta de dicha dependencia. Tras la llegada de la ambulancia que lo auxiliaría ya se encontraba sin vida. Cabe señalar que pese a su estado de inconsciencia, según la policía, el hombre fue conducido en un patrullero de serenazgo a la comisaría de Lince y no fue auxiliado ni derivado a un hospital cercano.
Pero Peña García no sería la única victima de los excesos y abusos durante una intervención por agentes del orden, otro caso fue el de Ivo Ivancovich, que fue intervenido por los serenos de San Borja, en octubre del 2017, supuestamente por alterar el orden público. Tras la violenta intervención y luego de varios minutos fue llevado a la comisaría del sector, en la tolva de un patrullero y luego debido a su mal estado fue trasladarlo a una clínica donde llegó cadáver.
El informe de medicina legal revela que Ivancovich presentaba 42 lesiones traumáticas en el cuerpo, y pese a las pruebas nadie esta preso hasta el momento por este caso.
Otro sonado caso sucedió en abril del 2011, donde un ciudadano de nombre Gerson Falla Marreros, de 26 años, falleció durante una brutal intervención en el interior de la comisaria de San Borja. Tras su muerte la policía reconoció el trato inhumano que le dieron y que los golpes en su espalda provienen de la vara de ley que le propinaron los policías, tanto en el trayecto como al interior de la comisaria.
Cabe señalar que el ex jefe de la Dirección Legal de la Policía, General Máximo Ramírez, informó que sólo se considera tortura, si la agresión proviene de manos de policías u otro funcionario público; los serenos y vigilantes, que participaron en estos hechos, incurrirían en el delito de lesiones graves seguida de muerte, se les podría dar una pena de hasta con 12 años de cárcel.