Muchos delincuentes tras ser capturados recurren a diversos argumentos para justificar su delito y en la mayoría de casos juran que es la primera vez y que nunca más lo volverán a hacer con tal de ser liberados. Pero es muy difícil sensibilizarse por los sollozos desconsolados y de arrepentimiento que estos sujetos, quienes minutos antes de su desgarrador lamento no tuvieron esa misma compasión con sus víctimas.
Cabe señalar que esta tendencia teatral de los delincuentes por llorar como mansas palomas cuando son capturados infraganti, no sería más que una estrategia para no ir a la cárcel, para conmover y seguir evadiendo el que se los castigue con todo el peso de la ley.
En la siguiente nota sea testigo de una recopilación de como estos amigos de lo ajeno pueden ahogarse entre lagrimas con tal de justificar sus malos actos.