La Municipalidad de Lima inició desde noviembre del año pasado el plan de reforma de transporte en diferentes avenidas del Centro de Lima, sin embargo, el caos vehicular continúa. Pese a la presencia de los inspectores metropolitanos y las normas impuestas por el municipio, los transportistas siguen sin respetar las señales de tránsito, utilizan las bocinas de forma indiscriminada y recolectan pasajeros en zonas prohibidas. Lo peor de la situación es que los encargados de supervisar dichas faltas no tienen conocimiento de la norma y permiten que los choferes cometan actos irregulares frente a ellos.