Un gran invento creó el ingeniero español Enrique Veiga, quien hizo la máquina que extrae agua potable del aire. El artefacto condensa el vapor del agua del aire, en grandes cantidades, logrando producir hasta 5 mil o 6 mil litros cuando la temperatura llega a 34 grados.
La idea le vino al ingeniero Veiga cuando azotaba una intensa sequía al sur de España en los años 90, por falta de inversión su producción se detuvo en el 2008, pero nuevamente está en marcha.
La máquina que produce agua “de la nada” ha sido instalada en campos de refugiados en el Líbano, Chile y Namidia. En el mundo existen otros generadores de agua que usan mecanismos similares, sin embargo, Don Enrique solo requiere temperaturas de hasta 40 grados para producir agua, y requiere humedad entre el 10% y 15%; mientras que otras máquinas solo funcionan cuando hay alta cantidad de humedad y bajas temperaturas en el ambiente.
