Por medio de un comunicado, Unidad Nacional Azul y Blanco de Nicaragua se declaró en “emergencia permanente” frente a los constantes abusos contra los derechos civiles y políticos de los líderes opositores, pues acusaron a las fuerzas policiales de secuestrar a Tamara Dávila, una integrante de su agrupación.
Manifiestan que por medio de un aparato represor contra la oposición, Ortega y Murillo (el presidente nicaragüense y su esposa) luchan por sostenerse en el poder. La Policía de Nicaragua al mando de Francisco Díaz, consuegra del mandatario, mantiene en arresto a cuatro aspirantes presidenciales de la oposición y 9 personas relacionadas con esta agrupación.
Según la Policía, Dávila fue detenida bajo la acusación de “incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos” y “pedir intervenciones militares” contra el régimen de Ortega. Además, esta entidad también detuvo a la ex guerrillera sandinista Dora María Téllez, y a la dirigente opositora Ana Margarita Vigil, por los mismos hechos.