Los terribles ataques entre Israel y Palestina dejaron a muchos empresarios sin sus negocios, destruidos por los bombardeos, es así que un joven barbero perdió todo, pero no se dejó vencer y decidió atender a sus clientes en medio de los escombros.
El barbero abrió su negocio entre los restos de edificios, coches quemados y calles arrasadas. Improvisó un cartel con el nombre de su empresa que colgó en una viga destruida, sacó un espejo grande y unas sillas para atender a sus clientes y colocar sus herramientas de trabajo.
El joven empresario también quiso dar a conocer cómo dejó la guerra su ciudad, Gaza, por ello, aunque no tiene un local, aún tiene sus manos y su fuerza para seguir atendiendo y seguir con su oficio.