El último martes, el Palacio de Justicia de la ciudad de Tuluá, en Colombia, fue incendiada tras una jornada de protestas que acabaron en fuertes disturbios y violencia.
Según informes de la policía, el fuego arrasó gran parte del tejado y del segundo de la institución judicial.
“Ataques como los de esta noche en Tuluá dejan de ser vandálicos y se convierten en actos terroristas. La protesta pacífica es legítima, la violencia es delito”, consideró el ministro de Justicia colombiano, Wilson Ruiz, quien condenó el ataque.
Hasta el momento, se desconoce quién o quiénes están detrás del incendio que los bomberos intentan apagar, aunque su llegada fue dificultada por la situación que hay en la zona.
CUATRO FALLECIMIENTOS
Estos hechos se producen luego de que el último lunes se denunciara la muerte de cuatro jóvenes, uno de ellos menor de edad, en la ciudad con heridas de arma blanca y cortopunzante.
Según el Instituto de Estudios para la Paz (Indepaz), dos de las víctimas habían sido reportadas como desaparecidas el pasado domingo cuando se dirigían de un caserío vecino a la zona urbana.