Ya es tradición. Por una hora el mundo se quedó a oscuras, de forma simbólica, como lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Esta acción nació el 2007 en Sidney.
Muchos importantes monumentos en el mundo se unieron a la iniciativa: en París la torre Eiffel quedó a oscuras, al igual que la ópera de Sidney y el Palazzo Senatorio del Campidoglio en Roma. El Kremlim también apagó sus luces al igual que el conjunto arquitectónico que conforma la Plaza Roja.
Otras ciudades en España, Hawaii, Turquía, Inglaterra, entre otras en el mundo se unieron como cada año para sensibilizar a la humanidad sobre la importancia de la lucha contra el cambio climático.