El Sumo Pontífice se unió la pedido de una monja en Birmania, quien se arrodilló ante los militares para evitar que disparen contra los manifestantes.
Este miércoles volvieron las protestas contra el golpe de estado perpetrado por los militares el pasado primero de febrero. Ya son 217 asesinados desde el inicio de las protestas.
La brutalidad de la respuesta militar sigue acechando a los manifestantes, por lo que muchas familias han tenido que huir de la ciudad de Rangún, uno de los principales focos de lucha contra los soldados y donde se ha registrado decenas de muertos.