En Birmania, la hermana Ann Rose Nu Twang se arrodilló y extiendió los brazos en cruz para suplicar a las fuerzas armadas: “¡No disparen contra los niños!”. El hecho ocurrió, el pasado 8 de marzo cuando varios centenares de personas, sobre todo miembros de la etnia Kachin, tomaron las calles de Mytkyina.
Entre los manifestantes había muchas personas dispuestas a conmemorar el Día Internacional de la Mujer, cuando se desató el caos entre bombas lacrimógenas y disparos.
Entre la multitud, vistiendo su hábito blanco, la monja de 45 años, se acercó a las fuerzas de seguridad, se arrodilló y dos policías hicieron lo mismo, juntando sus manos en señal de respeto por la religiosa.
Cabe señalar que unas imágenes divulgadas por redes sociales muestran a manifestantes inmóviles y cubiertos de sangre.