Con el objetivo de evitar la aglomeración en centros de salud, en Japón apostaron por la venta de pruebas COVID-19 en máquinas expendedoras, ubicadas en diferentes tipos de tiendas y no solo en hospitales.
Cada máquina tiene capacidad para unos 60 kits de pruebas para detectar el Sars CoV 2, que se venden a un costo de 40 dólares, luego los clientes envían una muestra de saliva por correo para su procesamiento.
Esta idea ha tenido gran acogida del público y en menos de un día se terminan, por lo que las máquinas tienen que ser reabastecidos. Desde su implementación, la demanda ha disminuido un poco y mitigado una tercera ola de casos.