Asombra al mundo. En Siberia, una anciana a sus 79 años se calza todos los días un par de patines de hielo para atravesar largas distancias en medio del gélido clima y alimentar a sus vacas.
Por si fuera poco los patines son un obsequio de su padre que data de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial. Comenzó usándolos para ir a la escuela desde muy corta edad.
A pesar de la edad, esta madre de cuatro hijos hace gala de una habilidad que ya envidiarían varios expertos.