Miles de judíos ultraortodoxos asistieron a las exequias de un rabino en Jerusalén, haciendo caso omiso a los estrictos protocolos de bioseguridad implementados por el Gobierno para frenar la propagación del coronavirus.
Una multitud siguió al cortejo funerario del rabino Meshulam Dovid Soloveichik, fallecido a los 99 años, hasta un cementerio de la periferia de Jerusalén, sin respetar las reglas de distanciamiento social y sin llevar mascarillas.
"Mientras millones de familias están encerradas en sus casas y respetan la normativa, miles de ultraortodoxos se apiñan en un entierro, la mayoría de ellos sin mascarilla", criticó en Twitter el ministro de Defensa, Benny Gantz.
Israel impuso a finales de diciembre su tercer confinamiento para intentar frenar el aumento de casos de coronavirus, provocado por las nuevas variantes, que oficialmente causó en el país 641.000 contagios y más de 4.700 decesos.
Por otro lado, más de 3 millones de personas ya han recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer y cerca de 2 millones también la segunda, lo que mantiene al país como líder mundial en porcentaje de población inoculada.