Cunde la violencia. Un policía abrió fuego por primera vez en Hong Kong desde que las protestas antigubernamentales iniciaron por el proyecto de ley de extradición a China. El disparo sucedió en la zona de Tsuen Wan.
Según medios locales, no hubo víctimas que lamentar, ya que la bala no fue dirigida a la multitud. El uso de cañones de agua, reservados para casos de perturbación del orden a gran escala, tampoco se tenía registrado.
Los efectivos emplearon, además, bombas lacrimógenas para reprimir a los manifestantes, quienes levantaron barricadas y lanzaron ladrillos, cócteles molotov y otros objetos. La jornada acabó con al menos 10 heridos y casi una treintena de detenidos.