Se confirmó lo que muchos denunciaban: el capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, fue torturado hasta la muerte por el régimen de Nicolás Maduro. La necropsia practicada a su cuerpo determinó las causas de su muerte: edema cerebral severo debido a insuficiencia respiratoria aguda.
El informe, que fue publicado por el periodista Eligio Rojas, muestra un dato que no pasó desapercibido: rabdomiolisis, síndrome de necrosis muscular que presentan víctimas de terremotos, bombardeos, derrumbes de edificios. Es decir, que Arévalo fue literalmente aplastado.
El uniformado había sido detenido por agentes de la chavista Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela el pasado 21 de junio. El último sábado lo trasladaron a los tribunales para que respondiera por acusaciones de presunta conspiración.
Sin embargo, no pudo debido a su deteriorado estado de salud. Fue llevado a un hospital, donde murió.