En Brasil, el exjuez Sergio Moro compareció a petición propia ante el Senado, en Brasilia. El actual ministro no reconoció la autenticidad los mensajes que supuestamente intercambió con los fiscales del proceso Lava Jato.
El titular de Justicia brasileño se presentó para explicar que no existe ninguna ilegalidad en las presuntas conversaciones privadas con fiscales reveladas por un sitio de noticias que han arrojado dudas sobre su imparcialidad en la investigación del caso.
El ministro más popular del Gobierno de Jair Bolsonaro presentó a los investigadores como víctimas de un pirateo organizado por un grupo criminal para, ha recalcado, revertir “las conquistas (contra la corrupción) de la sociedad brasileña”.
Moro también se mostró dispuesto a renunciar si se prueba que cometió alguna irregularidad, aunque asegura que su rol como juez fue imparcial.