El Departamento de Estado de Estados Unidos especificó que no permitirá visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros, incluidos cruceros, yates, aviones privados y corporativos. También prohibió a los estadounidenses hacer viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano.
Los vuelos comerciales quedaron al margen de las restricciones, pues según el Gobierno, estos suelen ser usados por cubano estadounidenses para visitar a sus familias sin fines turísticos. El objetivo, señalan, es mantener los dólares estadounidenses lejos del país, por su papel desestabilizador.
Desde La Habana, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel respondió que no se dejarán “amedrentar ni distraer con nuevas amenazas y restricciones”. Desde su llegada al poder, Donald Trump puso fin al histórico dialogo impulsado en 2014.
Esta situación se ha traducido en la recuperación paulatina de las sanciones que habían sido revocadas.
