Una serie de atentados en 3 iglesias, 4 hoteles y un complejo residencial donde los feligreses celebraban Pascua, convirtió el Domingo de Resurrección en un día sangriento en Sri Lanka. Últimas informaciones sitúan la cifra de víctimas mortales en 290. Los heridos llegan a 500.
Entre los fallecidos se encuentran al menos 35 ciudadanos extranjeros, procedentes de países como Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Portugal y Holanda. El Gobierno dictó toque de queda y prohibió temporalmente el uso de las redes sociales para evitar información errónea.
Hasta ahora ningún grupo terrorista asumió la autoría de los atentados, en un país donde los cristianos, representan una minoría, con solo el 7.4% de la población.