El ataque del fin semana a dos bases militares en Siria, en el que murieron 26 personas, ha traído consigo un sinfín de reacciones y acusaciones, ya que en un primer momento, y basándose en informaciones del observatorio sirio de derechos humanos, se habló de presencia militar iraní en dichas bases, sin embargo, varias agencias de ése país desmintieron ése enunciado. Los bombardeos se registraron contra un aeropuerto militar en Nairab, cerca de Alepo y contra la base de la brigada 47 en la provincia de Hama. Algunos medios sirios acusaron a Estados Unidos de lo sucedido, mientras que otros expertos señalaron directamente a Israel.
El presidente sirio Bashar Al-Assad, cuyos principales aliados son Rusia e Irán, no mencionó explícitamente los ataques nocturnos, pero dijo que "los países hostiles han pasado a una etapa de agresión directa". Este mismo mes, ambos países acusaban a Israel de otro ataque aéreo contra una de sus bases militares en el que murieron 14 soldados sirios y siete iraníes.
Siria sigue técnicamente en guerra con el vecino Israel, que está preocupado por la creciente presencia de las fuerzas iraníes y las del aliado libanés de Teherán Hezbollah en territorio sirio..