Tiene 112 años, pero su edad no le impidió comer un pequeño trozo de pastel y celebrar su más reciente logro: ser el hombre más longevo del mundo.
Este hombre ya se vivía antes de que Einstein propusiera la Teoría de la General de la Relatividad y antes incluso que los hermanos Wright terminaran su invento, el aeroplano.
Los familiares del señor afirman que el secreto de su longevidad consiste en sus baños termales que se daba a diario, ya que había uno cerca de su vivienda.