La estación espacial china Tiangong 1 cayó. Durante una semana se especularon los posibles lugares donde este podría precipitarse, aunque finalmente cayó sobre el mar del Pacífico sin causar daño alguno.
El satélite de ocho toneladas de peso quedó prácticamente desintegrado tras ingresar a la Tierra. Sus restos terminaron en el Pacífico Sur, según el informe de la Agencia Espacial Nacional de China (CNSA), responsable de la estación.
Quien también siguió de cerca la entrada a la atmósfera del pesado satélite fue la Agencia Espacial Europea (ESA) que afirmó que los desechos espaciales cayeron “no demasiado lejos de un área deshabitada que es típicamente utilizada para reentradas controladas”.