Entre 21 mil y 22 mil jóvenes indocumentados que llegaron a los Estados Unidos de niños, no renovaron su inscripción al plan que les protegía de la deportación y les otorgaba un permiso de trabajo. Por su parte el secretario de Justicia y fiscal general, Jeff Sessions, reiteró ayer que no está de acuerdo con la creación de una ley que le conceda la ciudadanía a los más de 700,000 jóvenes que hasta finales de septiembre estaban protegidos con el programa de Acción Diferida (DACA).
“Si las personas están aquí ilegalmente, lo último que se debe hacer es subsidiar esa ilegalidad”, zanjó en una audiencia en el Senado.
Cabe indicar que el Congreso norteamericano se planteó, por primera vez, la situación de los "dreamers" en 2001 con el "Dream Act" y, en 2013, estuvo cerca de regularizar su situación mediante una reforma migratoria, que acabó bloqueada en el Congreso y habría beneficiado a buena parte de los once millones de indocumentados que viven en el país.