Antes de partir a Bélgica, el expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró que dejaba “la mesa servida” a su sucesor, Lenín Moreno; sin embargo, ello distaría mucho de la realidad.
"No hay tal mesa servida, esa es la pura y neta verdad. (...) Se podía haber sido un poquito más mesurado en dejar cuentas en mejores condiciones”, sostuvo Moreno. Correa dijo haber dejado una deuda de 27.871 millones de dólares, pero en los primeros 50 días de mandato de Moreno han aparecido montos pendientes en la deuda nacional que casi alcanzan los 42 mil millones de dólares y la cifra podría ser mucho mayor.
Se trata de una alarmante situación, pues esa cifra supera lo establecido por la Constitución Política, donde se establece que el límite máximo permitido para la deuda es del 40% frente a su producto interno bruto, y hasta el momento esa reglamentación se ha pasado en 2 puntos porcentuales.
Los 27.871 millones de la deuda oficial no incluían en su metodología de calculo las cuentas pendiente del Estado con instituciones públicas, porque , según se explicó entonces, no tenia sentido contar como deuda lo que el Estado le debe al Estado. Entre ellas, el dinero que se le debe a los pensionados del sector público, impagos a empresas petroleras, entre otros montos.
El tema de la deuda se vuelve otro de los aspectos que se suman a la ruptura entre Correa y Moreno, un quiebre cada vez más explicito.