Un total de 152 reclusos fugaron del Instituto Penal Agrícola de Bauru, en el estado brasileño de Sao Paulo, durante un motín en el que no se registraron muertes.
De acuerdo con medios locales, el hecho ocurrió durante una inspección rutinaria cuando un agente penitenciario incautó el teléfono celular de uno de los detenidos, provocando que un grupo de presos prendieran fuego al techo de la prisión.
El sistema penitenciario brasileño atraviesa una profunda crisis que se ha agravó a inicios de año, cuando 56 reclusos murieron en la prisión de Manaos, a ellos se ha sumado el asesinato de otros 26 que fueron decapitados.
Según fuentes oficiales, 90 de los reos fugados de Bauru han sido ya capturados. Hasta la fecha, más de 160 presos han muerto en una ola de luchas entre bandas en todo Brasil y en las cárceles superpobladas.