Al menos 18 personas murieron tras los violentos enfrentamientos de presos en dos cárceles al norte de Brasil. Las autoridades del estado de Roraima confirmaron el deceso de 10 presos, algunos de ellos fueron decapitados y hasta quemados vivos.
En tanto, en Rondonia, otros ocho reclusos murieron asfixiados por el humo que salía de sus celdas a causa de un incendio provocado. Otras 22 personas resultaron heridas.
Los motines se produjeron por grescas entre pandillas rivales y la policía ya investiga si ambas tuvieron alguna conexión.