La policía usó bombas lacrimógenas y efectuó disparos de advertencia para dispersar a los manifestantes antigubernamentales que pedían "justicia" y "libertad", informaron testigos.
Los disparos provocaron un ataque de pánico colectivo que culminó en un centenar de personas corriendo descontroladamente, tratando de huir de la arremetida policial.
"La gente empezó a correr y algunos cayeron en zanjas de unos 15 metros de profundidad. Otros cayeron unos encima de otros, lo que empeoró la situación", relató este testigo, que aseguró que al menos una veintena de personas murieron en el acto.