Al menos 37 personas han muerto tras bombardeos protagonizados por el Ejército y las fuerzas rebeldes en la provincia de Idleb en Siria.
Los últimos bombardeos del régimen del presidente Bashar al-Asad y sus aliados rusos fueron dirigidos contra un hospital, donde murieron tres personas, entre ellas un niño.
El ataque surge horas después que las facciones rebeldes dirigieran sus ataques contra barrios controlados por el gobierno, matando a cinco personas.