Sean del tipo que sean, la persona que padecen este patrón de comportamiento sexual disfrutan acariciando, oliendo o besando su calzado. Asociar el pie y el zapato con los genitales femeninos se da más en hombres que en mujeres. Pero, ¿Por qué esta afición?
Lo que las hacen tan atractivas al usar tacones es el arco del pie, ya que simula la posición que toma una mujer cuando llega al orgasmo.
El término tiene su origen en el apellido del escritor francés Nicolás Restif quien fue una de las primeras personas en descubrir los síntomas de esta inclinación de índole sexual.
A pesar de que pueda resultar extraña, la atracción por los zapatos es bastante frecuente. Este comportamiento suele darse más en varones, que gustan de contemplar zapatos o bien de observar a la persona que los porta.