El Sumo Pontífice regaló un nuevo gesto de fraternidad y amor al mundo, esta vez se acercó a un sujeto con el rostro visiblemente desfigurado y le dio un conmovedor abrazo.
Francisco, quien suele predicar sobre la necesidad de la Iglesia Católica de acercarse a los más necesitados, habló durante varios segundos con este hombre, con quien se fundió en un fraternal abrazo antes de despedirse.
Hace apenas dos semanas, su Santidad había emocionado al mundo con un gesto similar hacia un fiel que lucía gravemente enfermo.