En Japón, en un acuario ubicado en la ciudad de Osaka, compartió el logro de una foca bebé que nadó por primera vez. En un inicio, la pequeña foquita se muestra insegura, e incluso cruza una mirada con su cuidador.
Después de sentir el agua, comienza a soltarse y aunque al principio el cuidador trata de que su cara no toque el agua, poco a poco la cría se separa de él y comienza a nadar.
Luego de explorar la piscina, la pequeña es retirada del agua para secarla, no sin antes acariciarla como premio por su desenvolvimiento.