Un milagro en estos tiempos, no solo le daría a las personas la fuerza para seguir adelante, también elevaría su ser interior, eso que llamamos alma o espíritu, al estar convencido que nada es imposible con la fe como aliado.
La Biblia en todas sus versiones señala que “Un milagro es un acontecimiento extraordinario causado por el poder de Dios. Los milagros representan un elemento importante en la obra de Jesús de Nazaret. Incluyen las sanidades, la restauración de la vida a los muertos y la resurrección. Los milagros forman parte de los llamados evangelios canónicos y también en los conocidos como apócrifos.
Muchos teólogos y expertos en el estudio de las escrituras llamadas sagradas señalan que el milagro es “un hecho producido por una intervención especial de Dios, que escapa al orden de las causas naturales por El establecidas y destinado a un fin espiritual”.
Esa fe y fuerza por amor, llevó a muchos seres especiales, que ahora conocemos como Santos, a realizar también los llamados milagros y tras dejar este plano para muchos creyentes eso seres pueden seguir obrando prodigios desde el más allá o como la llama, desde el cielo.
Uno de los ejemplos de devoción y desbordada fe es Santa Rosa de Lima, quien en vida y después de esta habría realizado múltiples milagros o actos extraordinarios que se le atribuyen.
LOS MILAGROS DE SANTA ROSA DE LIMA
Cuenta la historia que la Santa limeña, realizó eventos extraordinarios como proteger la ciudad de Lima del corsario holandés Joris Spitberg, de igual forma curar a muchos enfermos utilizando la imagen del Niño Jesús, también haber tenido el don de poder conversar con los animales y uno de los más asombrosos y documentado por el mismo Vaticano, hacer que aparezca una lluvia de flores perfumadas frente al papa Clemente IX, en 1670, por lo cual declaró a Rosa Celestial Patrona no sólo del Perú, sino de toda la América, Indias y Filipinas.
Un año más tarde, después de haberse aprobado por la Sagrada Congregación de Ritos cuatro milagros obrados por su intercesión y debidamente comprobados, resolvió proceder a su canonización.
En esta crónica de “Al Sexto Día” sea testigo de la devoción de los peruanos por Santa Rosa de Lima, que llegan en su día a pedir por uno o más milagros, entre largas colas y fe inquebrantable, para solucionar, curar o superar los males de la vida.