A diario, son muchas las denuncias sobre el deplorable estado de nuestras calles en Lima, que recorren el mundo del internet haciendo un llamado, muchas veces sordo, a nuestras autoridades, ya que existen estructuras absurdas, construcciones deterioradas y hechas al parecer sin ningún criterio.
Retan a la ingeniería, a la razón y al sentido común, sin contar con el mínimo respeto hacia los peatones y pareciera que fueron hechas manera informal, o como se dice criollamente “a medias”.
Un claro ejemplo de esto es el ancho de las veredas, establecido en el Reglamento Nacional de Edificaciones, que es uno de los problemas más frecuentes en Lima. Se calcula que cada persona necesita 60 cm de paso, y debe poder cruzarse con otro peatón sin chocarse mutuamente pero en la practica esto no se cumple en muchas calles de Lima.
Otro problema de diseño de las veredas de Lima es la altura con respecto a la pista (por seguridad, debe ser de 10 a 15 centímetros). En Miraflores, Villa El Salvador, San Luis y Cercado esto se incumple.
Y la falta de rampas para sillas de ruedas y de sardineles (cuando está al mismo nivel de la pista) son faltas que también perjudican a los ciudadanos.
Nuestra reportera Mónica Queirolo salió a comprobar y vivir en carne propia cuanto es el nivel de dificultad y hasta peligrosidad de nuestras calles cuando de estructuras se trata.