La creatividad es grande en los peruanos y a los transportistas el ingenio les sobra, pues en las rutas limeñas no falta escuchar algún nombre curioso que ha cualquier transeúnte le llamaría la atención, tal es el caso de nombres de paraderos como "Las Vaquitas", "Curva del Diablo", "Los Pollos", entre otros.
Sin embargo, en este reportaje descubriremos que algunos nombres responden a un legado, una historia que justifica cada denominación y en otro casos, provienen de la imaginación popular.