La ex esposa de la Copa América, que se ganó la admiración de peruanos y extranjeros por sus voluptuosas curvas, y que por ese entonces se mantenía a punta de comida chatarra, ahora cambio la grasa por puro músculo.
Irina Grandez, la ex vedette, sabe muy bien lo que es la perseverancia y el esfuerzo gracias a sus duros entrenamientos por lograr su sueño de ser una chica 100% fitness de competencia. De su vida como vedette, que le trajo tanto reconocimiento a nivel internacional, ya no extraña nada. “Las tangas y las lentejuelas ya las dejé”, comenta Irina.
Stephany Bravo, la reportera de Al Sexto Día, quiso acompañar por un día a la ex vedette para seguir su duro entrenamiento, el cual podrá ver en el siguiente reportaje.
