La maldad como la concebimos es “una condición negativa atribuida al ser humano que indica la ausencia de principios morales, bondad, caridad o afecto natural por el entorno y los entes que figuran en él”, según la filosofía.
Pero todos conocemos y algunas hemos sentido la maldad, y en general para todos es lo que nos hace mal, daño, dolor y otros efectos negativos que afectan nuestro vivir y el de nuestros seres queridos.
Y es que muchas veces el daño que nos hacen no duele tanto como el que hace a un ser querido, por esa razón nadie quiere vivir con la maldad como compañera, pero existen personas que viven y disfrutan haciendo maldades.
LA BRUJERÍA Y LA MALDAD
Una de las manifestaciones más usadas para hacer daño a otros o simplemente doblegar su voluntad ante un hecho especifico es la brujería.
Desde tiempos ancestrales se conoce como brujería al conjunto de creencias y prácticas rituales atribuido a las brujas o hechiceros, es decir, a individuos dotados supuestamente de poderes sobrenaturales fruto de un conocimiento arcano u oculto, o bien de pactos con entidades demoníacas o del bajo astral.
De acuerdo a la escritora Mina García Soormally: “La magia, la hechicería y la brujería han sido fieles compañeras de viaje del hombre a lo largo de toda su historia. Estos tres fenómenos son, junto con la religión, los asideros más populares en momentos de crisis”.
¿VELAS Y CALAVERAS SINÓNIMOS DE BRUJERÍA?
Muchas son las señales que se practica la brujería, que es usada con fines específicos, como lograr fama y fortuna, sacar de camino a una persona incomoda o llevar a la ruina y en algunos casos a la muerte a otros.
En esta crónica de Al Sexto Día, analizaremos cuáles son los efectos de practicar la brujería, sus consecuencias y saber cuál es la manera de comprender sí uno está bajo los efectos de un hechizo.