El mes de octubre es sinónimo de el Señor de los Milagros, y del tradicional turrón de Doña Pepa, el riquísimo postre nacional que llena de dulzura a todos los limeños con su tradicional sabor.
Cuenta la tradición que en el siglo XVII nace este emblemático postre de las manos de Josefa Marmanillo, una esclava que vivía cerca de Cañete, que era conocida por su destreza en la cocina, pero una extraña enfermedad causó que sus brazos se paralizaran, lo que impidió que los pobladores sigan disfrutando de sus exquisitos potajes.
Debido a su enfermedad, se le otorgó la libertad y llegó a Lima para pedirlo su cura al Cristo Moreno, de quien ella era muy devota.
Y su gran devoción hacia el Señor de Pachacamilla la curó y fue en su honor que creó este famoso postre a base de harina, anís tostado, ajonjolí, miel de chancaca y grajeas.
Un postre que hasta la fecha cautiva todos los paladares y esta crónica de “Al Sexto Día” recorra la más sabrosa Ruta Turronera.
