En esta crónica nos vamos a ponernos en los zapatos de miles de peruanos que tienen que estirar cada centavo del bolsillo, para llevarse algo al estómago, para ellos y sus familias, y así poder pasar el día. Haga espacio en el estómago y siga con nosotros esta ruta limeña de los llamados “agachaditos ambulantes” mas económicos de la capital, un festival gastronómico, bueno, bonito y por supuesto muy barato.
En estos puestos de comida sus comensales hacen cola para servirse platos como estos: un aguadito de pollo, o una sopa de gallina, o un estofado de res, o un arroz con menestra y pescado frito. Y, si son bien hambrientos, pueden pedir, para completar, una porción bastante grande de tallarínes verdes con presas de pollo encima y, por separado y como yapa, hasta una ensalada rusa bien servidita. Ellos son, pues, nuestros “agachaditos”.
Nuestra ñañita Morelia García se paseó por diversos huariques del ahorro, que funcionan de día y de noche en las veredas, calles y plazas, para traernos las mejores alternativas para todos los gustos y para todos los bolsillos.