De pura fruta, con harto hielo y dulce. Frente a los elevados grados de calor que sofocan y ahogan la ciudad de Lima, han llegado los insustituibles refrescos para calmar la sed. Esto se ha convertido en el negocio rentable de la época.
En el Rímac, la reina de los refrescos, nuestra casera Anita, se levanta muy temprano para preparar los diferentes refrescos de maracuyá, manzana, mango, piña, limón de todos los colores y sabores para combatir el calor.
Por el tan solo precio de un sol, usted, que camina por las calles de Lima y bajo este fortísimo sol, puede encontrar el auxilio que necesita para revitalizar sus fuerzas y continuar sus jornada laboral.