Muchos citadinos lo desconocemos, pero la sabiduría popular habla desde hace muchos años del gran poder nutritivo y curativo del cuy. Los especialistas aseguran que una de las armas para prevenir y detener la neoplasia, es el consumo de la sangre de este pequeño animal andino.
En 1940 investigadores estadounidenses descubrieron que la carne de cuy o guinea pig, como ellos lo conocen, contenía una enzima llamada “Asparaginasa”, la misma que actuaba sobre los tumores, deteniendo su crecimiento. Con ello, se refuerza el uso medicinal de la sangre y carne de cuy.
Además, su consumo ayuda a las personas que padecen de dislipidemias o problemas al corazón, ya que su porcentaje de grasa es muy bajo, también a aquellos pacientes que padecen de artrosis o artritis, por su alto contenido de colágeno. Sin lugar a dudas un animal muy beneficioso para nuestra salud.
El cuy es recomendable para su consumo cuando está entre los 2 a 3 meses de crecimiento, debe tener un peso aproximado entre 800 gramos a un kilo, y su cocción debe ser de unos 10 minutos. Para fines curativos, el caldo de cuy se prepara con poro, nabo, apio y es sazonado con orégano.