Ante las denuncias del total abandono en que se encuentran plazas y avenidas con nombres representativos de nuestra historia, las autoridades limpian los lugares inmediatamente, pero esta acción es temporal pues luego todo queda en el olvido y estas zonas vuelven a estar a merced de personas que no tienen respeto por el ornato y nuestras tradiciones.
Los alrededores de la plaza Grau, dedicada a uno de nuestros más importantes héroes, luce descuidada y prácticamente tomada por personas de mal vivir, quienes a toda hora asaltan, beben licor, miccionan, otros venden droga y algunas mujeres ejercen la prostitución en horas de la noche, según denuncian los vecinos.
Similar panorama se registra en otros lugares emblemáticos de nuestra capital, como la plaza Dos de Mayo y plaza Ramón Castilla, cuyo centro y alrededores son una muestra palpable de nulo civismo que tiene los residentes, transeúntes y comerciantes con nuestras zonas históricas. Las autoridades siempre brillan por su ausencia.
Lamentablemente, esto también sucede en casi todas las avenidas de la ciudad de Lima, que fueron bautizadas con nombres de personajes importantes y hechos trascendentales para nuestro país. Dichos lugares lucen descuidados, sucios, con grafitis y montículos de basura por todos lados.