La ciudad de Lima no solo tiene una herencia genética, sino también gastronómica. Uno al caminar por sus calles puede encontrarse con múltiples restaurantes que ofrecen una infinidad de potajes de las tres regiones de nuestro país: costa, sierra y selva. Pero al mismo tiempo se pueden hallar esas fusiones que tanto agradan a los paladares.
No importa si es día o de noche, igual se puede disfrutar algo. En el horario nocturno uno puede toparse con los llamados ‘reyes del fuego’, curiosos personajes dedicados a alegrar corazones y llenar estómagos de riquísima comida, pero con un toque especial que le dan las llamas al envolver el platillo de nuestra preferencia. Entre los que destacan los anticuchos, lomo saltado, etc.
Uno de esos cocineros amantes de la candela es Don Hugo, quien labora en Lince vendiendo unas brochetas, que no por gusto son del agrado de propios y extraños. Mientras tanto, en otro punto de la capital, se encuentra el señor César. Él por ejemplo se despacha con unos contundentes tallarines saltados o un provocador arroz chaufa. Asimismo, en el mercado de San Roque está el especialista en los fideos a la huancaína con lomo, el cual destaca por su presentación, pero también por el aroma que tiene al haber sido hecho en wok.