La semana pasada conocimos la historia de Adán, un hombre de pequeña estatura, quien no se ha dejado intimidar ante las adversidades que la vida le ha puesto. Él mide 1.34 centímetros y próximamente cumplirá 39 años, aunque muchas personas no lo crean por su apariencia física, que se asemeja al de un niño de diez.
El primogénito de la familia Gálvez Barriga, ha realizado diversos trabajos como lustrabotas, vendedor de zapatos, entre otros. Un equipo de Al Sexto Día, decidió acompañarlo por las inmediaciones de la Plaza Italia, en Barrios Altos, para ayudarlo con su venta de marcianos. Varios conductores de taxis, micros y transeúntes no dudaron en apoyarlo ante nuestras cámaras. Durante el recorrido por las calles, él se encontró con la hermana de su papá, es decir, su tía, que le obsequió un chup.
Por otro lado, la mamá de Adán narró sobre un hecho que aparentemente sería un milagro. Ella contó que en un momento, su hijo apareció muerto en una piscina de la zona. Literalmente cuando llegó al hospital, tenía los labios morados y la punta de los dedos del mismo color. Es en ese instante que la señora se puso a rezar por el bienestar de él. Después de haberse encomendado a Dios, su hijo volvió a la vida llorando como un bebé.
Asimismo, se siente muy orgullosa de él. Lo considera un muchacho amoroso, noble y que tiene un gran corazón. Si bien la calle, le da un beneficio económico, también sueña con terminar su carrera de electrónica. Por tal motivo, solicitó a algún instituto que le pueda brindar una beca para cumplir ese deseo.
