En la avenida Javier Prado labora un curioso personaje que responde al nombre de Celso Pardo Ynga, quien con su traje amarillo y peculiar estilo de vender sogas para saltar, se ha hecho conocido entre conductores y transeúntes que pasan a diario por esta arteria vial de la capital. Varias generaciones lo recuerdan pues viene laborando desde un 4 de diciembre de 1990.
A diario suele saltar cuatro horas que en varias ocasiones no es compensando con las ventas del día. Sin embargo, eso no le es impedimento para continuar y seguir saliendo adelante. Mucho antes de trabajar en la calle, el señor Celso laboró como banquero, personal de seguridad, entre otros. Pocos saben la historia deportiva que hay detrás de él. Incursionó en el mundo del boxeo. A la edad de 18 años solo tenía cuatro campeonatos perdidos.
Lamentablemente ese sueño se fue yendo poco a poco, cuando residía por la avenida Arenales fue desalojado junto a su familia, eso lo obligó a enfocarse en el trabajo, con lo cual se fue alejando del boxeo que tanto lo apasionaba. Luego se convertiría en maratonista, pero también lo tuvo que dejar porque un vehículo lo atropelló mientras entrenaba. Toda una vida dedicada a la actividad física que lo ha hecho más fuerte no solo por fuera, sino por dentro.
