Al igual que les ocurre cada vez más con los sofisticados “smartphones”, los relojes inteligentes que han empezado a popularizar reconocidas compañías como Apple y Samsung están alcanzando niveles de complejidad tecnológica que, de cara a los próximos años, les permitirán estar cada vez más pendientes de los hábitos y rutinas diarias de los consumidores. Gracias a los servicios de localización y al registro automatizado de aquellos usos más frecuentes que les da el usuario -unido al veloz desarrollo de la inteligencia artificial-, estos dispositivos se convertirán en el futuro próximo en asistentes aún más eficientes e intrusivos para la vida diaria.
Pero el Consejo Noruego del Consumidor ha lanzado la alerta sobre fallas de seguridad en los dispositivos, a los cuales puede acceder un atacante, espiar conversaciones, comunicarse con el niño y tener acceso a los datos, en otras palabras los relojes inteligentes diseñados para ayudar a los padres a vigilar a sus hijos pueden poner en riesgo la seguridad y privacidad de los menores.
Los especialistas afirman que estos relojes, en vez de mantener a salvo a los niños, pueden hacerlos vulnerables a piratas informáticos o criminales.