En la primera etapa de este experimento, los investigadores inyectaron células madre humanas en embriones de cerdos, para desarrollar embriones humano-porcinos, a los que llamaron "quimeras".
Estas "quimeras" se desarrollaron en una cerda durante 28 días, antes que el animal termine su gestación normal, 114 días, el tejido fue retirado y analizado con resultados positivos.
Los investigadores creen que si se les permitiera terminar el proceso de gestación, los lechones, que tendrían un órgano humano, estarían preparados para desarrollar órganos para trasplantes.