Los tratamientos de belleza para mejorar nuestro aspecto y tratar de prolongar la juventud son tan variados como la imaginación lo permite: masajes, baños, vapores, cremas y lociones son parte de una larga lista de intentos por alcanzar el estado óptimo de belleza. Sin embargo, uno de los tratamientos cosméticos más recientes, y también uno de los más extremos es la llamada “Terapia del Vampiro”, un método solo para aquellas personas dispuestas a resistir ciertos niveles de dolor en busca de la apariencia deseada. Este tratamiento se hace a través de las ventajas del plasma, los factores de crecimiento, lo que va lograr que se estimule la piel, rejuvenecinedola e hidratandola.
La terapia se lleva a cabo con la propia sangre del paciente y, según aseguran quienes lo practican, devuelve la luminosidad a la piel y además elimina las arrugas de expresión en el rostro. Para llevarlo a cabo, se extrae la sangre y después se somete a un procedimiento de centrifugado para obtener un plasma rico en plaquetas que luego será inyectado en el rostro de la persona.
Según los médicos, el plasma estimula la formación de colágeno, un tipo de proteína que es capaz de regenerar y reparar los tejidos, lo que finalmente contribuye al rejuvenecimiento de la piel. Aunque pueda parecer algo perturbador, este proceso estético no es doloroso y lo mejor es que proporciona grandes resultados, Incluso, los especialistas recomiendan la “terapia del vampiro” a los adolescentes que quieran tratar los problemas de acné.
Cabe indicar que la ciudad donde se lleva a cabo el mayor número de tratamientos de este tipo es en Nueva York, un procedimiento completo dura cuatro semanas y tiene un costo de entre dos mil 500 y cuatro mil dólares.