El cáncer de piel se origina en las células de la piel. Algunos otros tipos de cáncer se originan en otras partes del cuerpo y pueden propagarse a la piel, aunque estos no son cánceres de piel. Los cánceres de células basales y de células escamosas son, por mucho, los tipos de cáncer de piel más comunes. Ambos cánceres se detectan principalmente en las partes del cuerpo expuestas al sol, tales como la cabeza y el cuello. Estos cánceres se relacionan fuertemente con la exposición solar que haya tenido una persona.
Los cánceres de células basales y escamosas tienen una probabilidad mucho menor de propagarse a otras partes del cuerpo y de representar una amenaza a la vida en comparación con los melanomas que son cánceres que se originan de los melanocitos, las células que producen el pigmento marrón que le da a la piel su color.
Para prevenir lo mejor es simplemente mantenerse en la sombra es una de las mejores maneras de limitar la exposición a la radiación ultravioleta. Los niños necesitan especial atención, ya que éstos tienden a pasar más tiempo al aire libre y pueden quemarse más fácilmente. Los padres y las personas que cuidan de los niños deben protegerlos de la exposición excesiva al sol con los pasos descritos anteriormente.
A los niños hay que orientarlos sobre los daños que causa demasiada exposición solar a medida que se vayan haciendo más independientes.