El escándalo desatado semanas atrás por el presunto tráfico de influencia del segundo vicepresidente de la República Omar Chehade en el caso de la azucarera Andahuasi, y la reunión con altos mando de la Policía en un exclusivo restaurante de Miraflores, sigue trayendo “cola”, puesto que por la Comisión de Fiscalización del Congreso pasó el general Abel Gamarra cuyo testimonio fue puesto en duda por una documentación que no coincide con al versión dada ante el grupo de trabajo parlamentario.