El sueño de regresar a un cargo público ha llevado a diversos personajes públicos a cambiar de partido. Un ejemplo es el excongresista de Fuerza Popular, Héctor Becerril, quien luego de una década en el fujimorismo, anunció su incorporación a Alianza para el Progreso, liderado por César Acuña. Becerril presentó su renuncia el 5 de julio y formalizó su nuevo vínculo con APP el 11 de julio de este año.
Este no es el único caso de exfujimoristas que han cambiado de bando. Óscar Medelius, quien fue condenado por falsificación de firmas a favor del partido Perú 2000, se ha sumado al partido Antauro, liderado por el exconvicto Antauro Humala. Este giro político ha generado reacciones, dado el historial controversial de Medelius y su rápida transformación ideológica.
El partido Antauro ha estado reclutando a varios exparlamentarios. Nancy Obregón, excongresista nacionalista acusada de narcotráfico, y Miró Ruiz Delgado, conocido como “Mataperro” por un incidente violento con un animal, son algunos de los nuevos miembros de esta agrupación política. Asimismo, Walter Acha, suspendido por una denuncia de violación, también se ha unido a las filas del partido de Humala.
INTERESES PERSONALES
Para José Élice, director ejecutivo de Proética, estos cambios reflejan una preocupante normalización en la política, donde los exlegisladores priorizan sus intereses personales por encima de los principios ideológicos. La ciudadanía, según Élice, parece haber restado importancia a estas transiciones, lo que plantea preguntas sobre la integridad del sistema político local.
